Una carta para el hombre que me invento todos los días....(y que no conozco)

El mundo cambia cuando dos se miran y se reconocen
O. Paz.

Le he robado letras al aire, en su ir y venir he conjugado verbos y arrebatado frases, las nubes como ideas condensadas del viento me dan pistas, asoman puntos y comas, escriben tu nombre…

Cada palabra tuya conmueve al universo, la tierra cimbra, la marea alcanza su punto máximo y la luna se regodea; el conjuro que hicieron las estrellas nos unió, ellas con su magia y su luz nos señalaron el camino; aquí no hay lógica ni sensatez, eso que los otros llaman cordura…

Tus huellas han permanecido en mi camino por siglos, a veces las persigo, otras veces me persiguen, parece que te conociera de toda la vida, tal vez yo fui tu madre o será que fuiste tu quien me alimentó y me abrigó cuando lo necesitaba…

Lo cierto es que ese círculo que ha estado abierto comienza a cerrarse, estamos acercando nuestros cuerpos, porque el alma nunca se separó…La unión de la carne y el espíritu, la comparsa que le hacía falta al músico irreverente.

A pesar de los días aciagos que nos muestran el mundo hostil que hemos fabricado, a pesar de todo ese dolor que penetra en los huesos cuando vemos morir los sueños de los que no lucharon, o de los que lucharon por su sueño y fueron aniquilados por el egoísmo de los “otros” esos, los innombrables… a pesar de ellos aquí estamos! los que creemos en esa palabra mágica: “el amor”…


Cuenta con mi mano calida que espera tu calor, con mis lágrimas para humedecer tus labios, mi energía para impulsarte; mis brazos para arrullar tus sueños…. Si tú lo quieres así será, no obstante los obstáculos en el camino…

¿Algún día?

Ixchel