miércoles, enero 25, 2006

...Y en mi pensamiento

La serena calma de un beso salado,
Un par de violetas, dos sueños alados
Tres nubes hinchadas por gotas de mar...

Poesía con tinta de invierno y cielo frugal
Diptongos, discursos, música venial
Dos cuerpos bailando un sólo compás...

Tu abrazo de malva, con rosas y pan
Mi argumento sólido de buscar tu verdad
Desnudos, al aire, con vientos de paz...

(...Y en mi pensamiento, sólo en mi pensamiento...¿por qué nada es realidad?)

domingo, enero 22, 2006

Sin título



El amor no basta para romper el maleficio que ha caído sobre ciertas personas
Henry James

¿Será que el amor no basta para sortear los dragones cotidianos?... Estos días fuera de casa con nuevos paisajes y aires distintos, me han abrumado con otras contradicciones, mi trabajo me gusta y creo que con él contribuyo, en algo, a la prevención del contagio del VIH, aunque es insuficiente y mínimo. Estoy en una comunidad que me es ajena en costumbres, y debo decirlo nunca me había sentido discriminada por ser mujer hasta que llegué aquí... estoy conociendo de cerca el proceso migratorio, las paradojas que significan perseguir el sueño americano...todo es una vorágine de dudas, y de la certeza, la triste certeza de la realidad.

Y reflexiono acerca de mi vida, pienso hacia dónde voy, y me aturde la incertidumbre, y me duele lo que miro...(el hambre, la enfermedad, el desempleo, la ignorancia, la soledad, el sin sentido) y quiero pensar en mi bienestar sin olvidarme de los otros, y hay una delgada línea del egoísmo que evito rebasar. A veces pierdo el piso, a veces habito sueños lunares, pero termino con un portazo en la nariz, me cuesta mucho vivir la realidad, tal vez porque me da miedo crecer y saber que no cambiará....

Este viaje trae tantas preguntas y tan pocas respuestas...además no he aprendido mucho, y sigo imaginando que soy una princesa que puede contra todos los dragones, y no es así, la soledad me invade...

PD: Saludos a todos , se les extraña!




jueves, enero 05, 2006

* Sueño que me regalo un seis de enero * (Silvio R.)

No hay nada tan mágico como la noche previa a día de reyes, esas horas transcurren rodeadas de halos luminosos que impregnan el ambiente de alegría e impaciente espera. Yo, incluso ahora, a mis veintitantos, no me olvido del ritual de lanzar por los aires una cartita atada a un globo colorido, nadie puede negarme ese privilegio, que desde que tengo memoria, lo hago cada año, ante los ojos de mis padres que sorprendidos me espetan que ya no estoy en edad; a mí me sigue pareciendo un acto maravilloso, un sortilegio al que todos tenemos derecho sin importar los años ... hoy mi cartita es tan larga como siempre, aunque ya desistí de mi idea de tener una máquina de raspados y un arcoiris (algo que siempre anhelé, pero nunca llegó) ya también me olvidé del guardarropa completo de la Barbie y del hombre biónico... varios años atrás rogué por un Kent de carne y hueso, y a decir verdad, me lo cumplieron aunque salió bastante defectuoso, era un guapo y apuesto chico, pero muy mentiroso,(demasiado) así que desde entonces me abstengo de esas complicaciones, aunque no del todo, porque dentro de mis peticiones está la de un novio fiel (¿será mucho pedir?)... en fin...el recuerdo que más atesoro en la memoria es la ocasión que decidí ser rey mago por un día!, alguna vez mi má’ nos platicó que ella nunca recibió la visita de los reyes magos, así que pensé que era mi oportunidad de regalarle una mañana especial; en ese tiempo salía por televisión un muñeco horrendo, parecido a un sándwich mal hecho, sin el menor sentido de la estética, pero vaya! a mi mamá le parecía simpático, en realidad no sé de dónde sacó la idea de que Bob esponja era bonito... la tarde del cinco fui a comprarlo, aquello era un caos, la tienda estaba llena de padres frenéticos que corrían de una lado a otro, era un sitio en donde no había la más mínima piedad cualquier descuido podría costarte perder el juguete que habías elegido. Cuando tuve al Bob esponja conmigo, me di cuenta que debía cuidarlo más que a mí, porque en más de una ocasión alguna intrépida madre desesperada me acosaba preguntándome una y otra vez si me lo llevaría, y es que se había agotado el amarillento muñeco, así que podría ser presa del arrebato de aquellas mujeres. Ya en casa y a salvo escondí el bulto aquél en el jardín y esperé hasta la madrugada para ponerlo en el árbol, creo que no pude dormir de la emoción, cuando desperté fui rápidamente al cuarto de mamá, le dije que había algo para ella, incrédula me decía que eso no era posible, que no podía ser, que los reyes no pasaban por ahí, ante tanta insistencia salió de la cama y miré sus ojos enormes como platos y su enorme sonrisa, apretaba con mucha fuerza al Bob y decía ¡es mío, es mío!, nunca podré olvidar su cara de sorpresa y sus lágrimas de niña tierna, por mucho ha sido el mejor seis de enero que he tenido. ¿ Y, ustedes qué recuerdos tienen?

PS: Como el año viene con buenas nuevas, me iré un par de meses a trabajar fuera de la ciudad; lamentablemente no los podré visitar cotidianamente, ni tampoco podré publicar como quisiera. Estaré en una comunidad del estado de Jalisco trabajando para censida. ¡Hasta pronto y feliz día de reyes! (no me olviden)

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