martes, abril 26, 2005

Para mis amigas que se quejan de que no hay hombres…


Debo confesar que soy afortunada porque comparto mi vida con muchas compañeras, no tengo hermanas así que a todas mis amigas las adopto como tales, unas no se llevan con otras, y a otras les caen muy mal aquellas; afortunadamente son heterogéneas, unas de la prepa, otras de periodismo, de la fac de filosofía, del colmex, de las clases extras, de la trova, etc.

Ayer fue un día peculiar, tuve cita en la tarde con una Doctora que revisa mi tesis, dicho sea de paso, es una profesora extraordinaria, y una excelente amiga, tiene un Doctorado en México y España de Letras y está en proceso de iniciar otro en Educación en Austin, digamos que la cuestión intelectual la tiene desarrollada al máximo, es guapa, dicharachera, con un sentido del humor muy agudo, cuarenta años, dos niñas adoptadas… y entre teorías y revisiones nos contó acerca de su novio un profe neurótico según ella...la platica se tornaba tan similar a la que tengo con mis amigas en las charlas de café… qué me cuestioné seriamente lo que ellas dicen últimamente y que parece ya un cliché “no hay hombres” sencillamente no hay, seguido el comentario de una serie de reclamaciones y lista de “atributos” de los que carecen los chicos hoy en día: no se comprometen, son egoístas, infieles, mentirosos, indiferentes, pasivos, poco participativos,sólo quieren sexo, no son sensibles, nunca llaman cuando dicen etc… lista de quejas interminables…que al final siempre justificamos, ¡pobre! Es que su antigua mujer lo trató muy mal, pobre es que sí me quiere pero le da miedo demostrármelo, es que está madreadísimo! Etc.

Después muchas preguntas vinieron a mi mente ¿es verdad que hay crisis, y no hay hombres?, creo que en principio hay que preguntarnos ¿qué clase de relación deseamos tener?... Muchas fuimos educadas con cuentos de blancanieves, de príncipes, castillos, dragones, las telenovelas, las canciones, etc, toda esa cultura que de pequeñas nos inculcaron, además que algunas carecimos de la figura paterna, de un padre ausente, que con justa razón tenía que salir a trabajar todo el tiempo, muchas carecimos de ese afecto paterno, otras simplemente no conocieron a sus padres; no digo que sea una regla, pero la ausencia de un padre nos marca tanto, que nuestras relaciones no terminan de ser adultas.

Vamos buscando conciente o inconcientemente a alguien que nos rescate, a un padre que nos acoja, que nos adopte porque estamos en el desamparo, (no digo que todas! No se enojen) y también queremos vivir nuestro cuento de hadas, un amigo me dijo alguna vez: “a las mujeres les encantan los cuentacuentos”, añoramos la cama llena de rosas, el ósculo en la mano, y todo aquello que creemos que significa amor…en el fondo no queremos crecer; tenemos independencia económica, y eso nos da puntos a nuestro favor, pero seguimos en el up down, cuando de amores se trata, no hemos aprendido a relacionarnos desde la independencia afectiva, desde la libertad que implica no ser la muleta de nadie.


Desde pequeñas se nos transmite la idea de que alguien vendrá algún día a llenar nuestras ansias de vivir de verdad, y que sólo tenemos que saber esperar, se nos han enseñado a creer que no podemos estar solas, porque somos frágiles, delicadas, necesitamos protección… y por otro lado nos exigimos hoy día ser libres, eliminar todos esos frenos, ser independientes. Ahí radica una enorme contradicción, entre crecer y seguir esperando, y los hombres “cambiarán” cuando nosotras demos ese primer paso, de decidir, ¿qué clase de relación queremos? a ellos también les da “miedo” crecer y siguen reproduciendo los roles que la educación les ha impuesto… no es sencillo acabar con esas estructuras que nos mantienen, en cierta medida, en un lugar cómodo…

Las mujeres debemos tomar consciencia de la realidad en que vivimos, del chip que nos han impuesto y decidir
cómo queremos vivir y ser, intentando que la decisión sea lo más libre posible.

Hay muchas aristas en el tema, hay que reflexionar amigas, nuestro reto es crecer!
La quiero.
Ixchel

2 Comments:

Anonymous Anónimo

crecer, crecer, crecer...psss! puede ser, pero ellos también necesitan crecer, no crees?




Leny

27/4/05 5:09 p.m.  
Blogger La Pitonisa

Si, es cierto Ixchel, toda esa cultura de la Cenicienta que espera al principe. Lo mejor es crecer x nosotras mismas,no por un hombre y no esperar a que alguien nos complemente o nos haga feliz sino entender que somos personas completas y nadie nos hara mas feliz de lo que nosotras queramos ser solas.

29/4/05 4:53 p.m.  

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