Estaciones de Paso...

Acabo de leer que una de mis escritoras favoritas Almudena Grandes publicará un nuevo libro, Estaciones de Paso, relatos que giran en torno a la adolescencia… muchos dicen que es un período complejo, lleno de emociones contradictorias, de dudas, de interrogantes,(creo que yo sigo en la adolescencia)… Hay algo que recuerdo particularmente y fue el primer día que entré a la secundaria, marcó mi vida para siempre, y no precisamente por las clases o mis compañeros de aula; no estaba nerviosa, al contrario, me entusiasmaba saber que tendría maestros para cada asignatura; un día antes fui a comer a casa del abuelo, nos preparó mojarras y me las comí porque no tenía opción, toda la tarde tuve dolor de estómago, me sentía mal, realmente lo pasé fatal, creo que dormí toda la tarde; por la noche alisté mis cosas para el día siguiente. Me levanté con el mismo dolor de panza, ya lista para bañarme me doy cuenta que justamente ese día sería distinto, ¡había llegado mi periodo!, creo que me quedé largo tiempo callada, no atinaba a decir nada, con un leve temblorcito en el cuerpo... hasta que mi mamá golpeó la puerta con fuerza.. ¡qué no piensas salir nunca de ahí!? – me dijo - abrí la puerta y la abracé, no podía evitar sentirme asustada, le dije así bajito: “ya pasó”, y creo que ella estaba tan nerviosa como yo… Ya te lo había dicho, que eso tarde o temprano pasaría, que es normal y además la doctora ya te explicó por qué pasa y lo que tienes que hacer (desde un año antes mi mamá me llevó con el Médico para que, según ella, me explicará de manera clara todo “este proceso”)... tenía que ir a la escuela, llovía, y yo con una rareza que sentía que no podía esconder, tan vulnerable, tan tímida, tan extraña…Tenía vergüenza de que mis hermanos lo supieran, o mi papá, o mis amigos!; fue triste porque esa semana no salí a jugar, no tenía ánimos, sentía que no podía moverme, además acostumbrábamos subirnos en los árboles, y pues ya no podría hacer eso, al menos no en “esos días”… No fue fácil lidiar con tantas emociones, con la contradicción de no querer crecer, con todos esos cambios que parecen tan trágicos y que te cambian para siempre… Ahora después de tantos años recuerdo esos días y no puedo evitar el nudo en la garganta, las ganas de llorar por saberme otra, por saberme diferente y por todos esos cambios que significan ser “adolescente”…